La palabra japonesa konbini proviene de la inglesa convenience que significa comodidad. Y es que estas tiendas, abiertas 24 horas al día y que venden multitud de productos, ofrecen comodidad a las vidas de sus vecinos.
Procedentes de los Estados Unidos, las tiendas konbini llegaron a Japón en 1969 y desde entonces han ido evolucionando para adaptarse a los cambios de la vida japonesa. Actualmente, en Japón hay más de medio centenar de cadenas de estas tiendas, con más de 50.000 establecimientos repartidos por todos los rincones del país.
Origen y evolución
El primer konbini propiamente dicho se abrió en los Estados Unidos en el año 1927, en Oak Cliff, cuando un vendedor de hielo, ante las peticiones de sus clientes, comenzó a vender, además del hielo, leche y pan. Esta cadena luego se convirtió en Southland, que sería la empresa que crearía la cadena 7-Eleven. En Japón, Ito Yodado firmó un contrato de licencia con Southland, y en el año 1974 abrió el primer 7-Eleven japonés, en Tokio. En noviembre de 2005, Seven-Eleven Japan Co. Ltd compró 7-Eleven Inc., convirtiendo a este gigante estadounidense en una compañía privada japonesa.
Hoy en día Japón cuenta con unos 50.000 establecimientos de este tipo, que facturan en total unos 7.000 millones de yenes al año, haciendo de esta industria una de las más exitosas de todo Japón.
La cadena de konbini más grande de Japón, y la primera en establecerse en el país nipón, es la internacional 7-Eleven, que, con casi 11.000 tiendas, tiene más establecimientos de esta cadena que ningún otro país en el mundo (Estados Unidos, el segundo país con más establecimientos de esta cadena, no llega a los 6.000). Cada una de estas tiendas da servicio a una media de 1.000 clientes al día. Le sigue en importancia Lawson, que es una cadena propiamente japonesa establecida en el año 1975, que cuenta con más de 8.000 establecimientos.
La siguiente cadena en importancia es Family Mart, que en Japón opera más de 6.000 establecimientos, aunque ha tenido un gran crecimiento en otros países asiáticos como Tailandia, Corea del Sur o Taiwan, en los que tiene otros 6.000 establecimientos más. La siguiente cadena en importancia es Sunkus, que en el año 1998 firmó una alianza con la cadena Circle K, y posteriormente, en el año 2004, la compañía matriz se fusionó dando lugar a Circle K Sunkus Co., Ltd., aunque las dos cadenas siguen operando con nombres diferentes, con un total de algo más de 6.300 tiendas entra las dos.
Existen otras cadenas, como ampm, bastante nueva en Japón, y propiedad de BP, y que tiene establecimientos en varios lugares de Estados Unidos, México y Brasil, además de los algo menos de 2.000 en Japón; Daily Yamazaki, de propiedad japonesa y con poco más de 2.000 establecimientos, o Ministop, también japonesa y con algo menos de 2.000 establecimientos, son las restantes cadenas de konbini en Japón.
Una de las características más evidentes de este tipo de establecimientos, y que más ha contribuido a su éxito es el horario, y es que los konbini están abiertos 24 horas al día, 365 días al año. De hecho, ni siquiera cierran en fiestas tan importantes en Japón como Año Nuevo, Obon, o la Semana Dorada. Otro punto importante de estas tiendas está en su localización, ya que todas las zonas residenciales, las estaciones de tren más utilizadas, y los distritos financieros y de negocios tienen un establecimiento de este tipo a pocos metros de distancia. Un tercer punto que ha marcado el éxito de los konbini en Japón es la selección y variedad de productos y servicios que ofrecen, puesto que, al contrario que otras tiendas de este tipo fuera de Japón, aquí no sólo encontramos comida o revistas, sino también cosméticos, ropa interior, servicios de paquetería, de correos, fotocopias, fax, descarga de videojuegos, cajero automático, pago de recibos, etc.
Uno de los sectores que ha crecido en Japón de la mano de los konbini ha sido la compra por Internet, un negocio tradicionalmente de poco éxito en Japón, ya que estos establecimientos han solucionado los dos problemas que los japoneses veían a la hora de hacer este tipo de compras: la distribución y el pago. Los konbini, gracias a sus fantásticas cadenas de distribución, hacen que el cliente se acerque hasta el establecimiento más cercano a su hogar a recoger la mercancía, y allí mismo se realiza el pago, normalmente en metálico, sin problemas de seguridad como podría ocurrir al hacerlo por Internet. De esta manera, estos establecimientos han expandido la gama de productos y servicios que venden, ya que han creado portales de Internet desde los que comprar todo tipo de cosas. Con la instalación de cajeros automáticos en los propios konbini, los clientes no tienen ni que llevar el dinero encima a la hora de realizar los pagos, lo que ha redundado en el éxito continuado y creciente de estos establecimientos.
Productos
La superficie útil de un konbini estándar es normalmente de unos 100 metros cuadrados donde se ofrecen unos 3.000 productos diferentes, todos importantes, en mayor o menor medida, para la vida diaria del consumidor. Todos estos establecimientos tienen una estructura parecida, con una elección y colocación de los productos muy similar entre ellos.
Así pues, normalmente hay una sección junto a la entrada o escaparate del establecimiento donde generalmente podemos encontrar periódicos, revistas y libros. Es en esta sección donde se puede observar con facilidad la costumbre japonesa de leer de pie, o tachiyomi en japonés, que literalmente significa leer de pie.
Cerca de esta sección encontramos, por lo general, los artículos de papelería (no en vano los japoneses tienen una gran afición a los papeles de colores, los bolígrafos especiales, las pegatinas decorativas para cartas, etc.), una estantería repleta de artículos de limpieza e higiene (desde cepillos de dientes a tiritas, pasando por gomina para el pelo o medias de todos los colores), cosméticos y productos para la mujer y a veces hasta artículos para las mascotas y animales domésticos.
En el centro de la tienda normalmente encontramos un pasillo dedicado a los aperitivos (todo tipo de patatas fritas, edamame o judías de soja y varios tipos de aperitivos japoneses), caramelos, chocolates, chicles y una gran selección de fideos instantáneos como ramen o yakisoba. Un poco más al fondo es común encontrar otra estantería con dulces, panes y bollos (de estilo japonés y estilo occidental), condimentos como salsas, especias, etc. y ciertos alimentos de preparación instantánea muy populares en Japón.
En la parte final de la tienda encontramos la sección de productos refrigerados, donde siempre habrá helados, frutas, postres de todo tipo, comida variada que puede ir desde sándwiches, que son el plato estrella, hasta bollos salados, como el bocadillo de yakisoba, que también es bastante popular; platos de acompañamiento tales como ensaladas, onigiri (bolas de arroz) de varios rellenos y formas y sobre todo, una gran selección de obentō o comida preparada para llevar.
Asimismo, normalmente cerca de la comida para llevar solemos encontrar una estantería repleta de bebidas alcohólicas y refrescos varios. Actualmente, casi todos los konbini cuentan ya con un cajero automático, un terminal desde donde se pueden comprar entradas y hacer diversas gestiones, fotocopiadora, fax, etc. Además, en la zona de las cajas es donde uno puede pedir y comprar cigarrillos o sellos de correos y comidas calientes como el oden (una gran variedad de productos cocidos a fuego lento) en invierno o productos de origen chino cocinados al vapor como los nikuman (bollo con carne en el interior) y otros productos calientes como perritos calientes, patatas fritas, etc. Es en el mostrador donde los trabajadores calientan en el microondas, si el consumidor así lo desea, la comida comprada en la tienda y preparada para llevar.
En cualquier caso, y a pesar de la gran cantidad de productos ofrecidos, los claros líderes y los que más se venden en estos establecimientos son, sin lugar a dudas, los alimenticios. Los sándwiches, bollos y panes tienen gran número de seguidores, pero es, sobre todo, la comodidad del obentō, la comida preparada para llevar, o las bolas de arroz onigiri lo que tiene más éxito entre los consumidores. El precio de una caja de obentō es muy asequible (entre 300 y 600 yenes, o entre 3 y 6 euros), lo que la hace todavía más atractiva a ojos de cansados trabajadores que no tienen ni ganas ni fuerzas de cocinar en casa o que simplemente carecen del tiempo suficiente para utilizarlo en la cocina.
Otro de los productos estrella, sobre todo en días de lluvia, son los paraguas de plástico. Quizá ni su calidad ni su diseño sean excesivamente buenos, pero resultan realmente cómodos cuando la lluvia sorprende en plena calle. Su precio -extremadamente baratos- y la facilidad de acceso a la compra los convierten en las estrellas del konbini en un día lluvioso.
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